lunes, 8 de septiembre de 2008

experiencia desmesurada








Entre todas las aventuras de este verano, la más llamativa fue un ascenso a Picos de Europa. Salimos de Fuente Dé (pernoctamos en Potes), anduvimos varias horas entre calor, aire seco y piedras. Dormimos en Cabaña Verónica... a 2325 m, una niebla meona y espesa como el chocolate caliente nos sorprendió al atardecer y nos costó mucho encontrar el refugio. Confieso que llegué sin fuerzas, empapada y desfallecida por el peso de la mochila, y la deshidratación.
Nos levantamos a las nueve con unas vistas de impresión... por encima de las nubes. Unos rayos de sol mañaneros nos acompañaron durante el desayuno. Reconozco la hermosura del paisaje.
Después de recoger, ventilar el saco y despedirnos de los demás montañeros hicimos el nuevo itinerario con ayuda de un guía ( con lápiz y sobre el mapa, no nos acompañó ni el tito).
Decidimos continuar hasta Collado Jermoso (2046 m), atravesando el duro paso de la torre del hoyo oscuro. Pero una mala interpretación de los hitos de piedra (había varias opciones...) hizo que nos desviásemos hasta la padierna. Aparecimos en Vega de Liordes ( un lugar idílico para que pasten les vaques y les ovelles..., yo prefiero la ciudad, y el asfalto). Ohhhh my god!!! teníamos dos opciones,
a. Seguir en busca de La Colladinas y dormir en el Refugio de Diego Mella, en Collado Jermoso.
b. Regresar a Fuente Dé y descender por los Tornos de Liordes.
Lo tenía clarísimo: descender, mis fuerzas no daban más que para llegar al hotel de Potes (soñé con ese momento la noche anterior), darme una ducha de agua caliente y quitarme las botas que destrozaban mis cuidados dedos mimados con pedicura y masajes.
Durante la bajada, me torcí un pié...y entre sollozos, lágrimas y gritos de desacuerdo con la bucólica idea de mi querido compañero de fatigas....le solté con mi peor mal genio, que no era justo. Lo que yo quiero y necesito son vacaciones en la playa, a mesa servida y darle poco sufrimiento al body (el justo y en la cama).
Un tío que me mime, me comprenda, me cuide, me trate como una reina, y no me lleve por los peñascos a destrozar las manos (esa es otra,...las manos), el pelo ¡que pelos!!!, el cutis abarrotado de pecas, y a privarme de una higiene corporal adecuada (inexistente, ja ja ja). Me niego. A esta edad, tenemos otras prioridades, otras expectativas. Por supuesto que me encanta la montaña, pero racionada, con mesura, una ruta corta, sencilla, dormir en un albergue como dios manda y no en una cabina de avión invertida de 3x3m, en litera de 1.5x1.5m, con tres tíos alérgicos al agua y al jabón.... que podían ser mis abuelos perfectamente.
Al llegar a Potes, el médico me comunicó que tenía el ligamento postero-lateral interior del pie derecho jodido....biennnnnn, lo que me faltaba. Debí haber llamado al 112 y me hubieran sacado en 0.5 segundos... dentro de unos años quizás recuerde la experiencia con una sonrisa, pero ahora me parece deliciosamente maligno criticar esos días.



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