domingo, 14 de septiembre de 2008

Sarah Palin

La candidata a vicepresidenta de EE UU enciende el debate sobre los valores que deben defender las mujeres en la política

MÓNICA C. BELAZA - Washington - 14/09/2008


"Eres como nosotras", le gritan las fans a Sarah Palin en los mítines mientras sostienen el pintalabios en alto como si fuera un mechero en un concierto. La candidata republicana a la vicepresidencia de EE UU no se parece a otras mujeres que han llegado a posiciones de poder. Ex reina de belleza, ultraconservadora con cinco hijos, aspecto de bibliotecaria, voz de pajarillo, unas credenciales académicas mediocres y gobernadora de un Estado exótico como Alaska, se autodefine como una hockey mom del montón, madre entregada de las que llevan a sus hijos a los partidos.

SARAH PALIN
Nacimiento:
11-02-1964
Lugar:
(Sandpoint)

Estados Unidos
Capital:
Washington.
Gobierno:
República Federal.
Población:
290.000.000 (2004)

"Es como si yo pudiera mandar en la Casa Blanca", dice un ama de casa
La mayoría de las feministas abominan de las ideas de la gobernadora
Es el espejo en el que la mujer media puede reflejarse. Pero está en contra de postulados básicos del feminismo, como el aborto, incluso en caso de violación e incesto. ¿Es bueno, per se, que una mujer alcance uno de los cargos más poderosos del planeta sean cuales sean sus convicciones? El debate está al rojo vivo. No hay acuerdo sobre si su figura es un ultraje a la esencia del feminismo o una inspiración grandiosa.
Palin, de 44 años, es la segunda mujer que irrumpe en esta campaña presidencial. Hillary Clinton fue derrotada en las primarias demócratas, pero logró 18 millones de votos, un hito sin precedentes. Cuando Palin apareció en escena -como golpe de efecto necesario para revitalizar la lánguida candidatura republicana-, se colocó de inmediato como heredera natural de Clinton a pesar de que durante las primarias la había calificado de "quejica" por hablar de sexismo. Ahora la alaba mientras se autoerige como la encargada de romper "de una vez y para siempre" el techo de cristal, la barrera invisible que según las teorías de género impide a las mujeres alcanzar los puestos de mayor responsabilidad.
Las mujeres conservadoras no suelen identificarse como feministas, movimiento que muchas veces han despreciado. Pero las defensoras de la gobernadora no sólo no rehúyen el término, sino que intentan adueñárselo. Afirman que ella encarna un nuevo y mejor feminismo. El de mujeres fuertes y capaces de todo, independientemente de sus creencias.

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